Díaz-Canel firma nuevas normativas que complicarán a muchos artistas.

El Decreto No. 349/2018, que establece nuevos delitos en materia de política cultural, sobre la prestación de servicios artísticos y las diferentes manifestaciones del arte, impone nuevos y mayores límites al trabajo de los artistas.
Esta orden fue diseñada como un novedoso mecanismo de censura para los creadores en Cuba. La misma, publicada el martes en la Gaceta Oficial y firmada por el Presidente del Consejo de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel Bermúdez el pasado 20 de abril, regula la contratación de artistas, la venta de obras de arte, la exhibición de contenidos audiovisuales que contengan violencia, pornografía, el uso de los símbolos patrios, castiga el empleo de lenguaje sexista o vulgar, etc.En entrevista con la emisora Radio Martí, el escritor y periodista independiente Luis Cino, alertó que estas normas institucionalizan aún más la censura y hacen cumplir la orden de Fidel Castro de limitar la Cultura a “Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada”.
“Disipa cualquier esperanza que pudiera tener algún iluso con la designación de Díaz-Canel”, añadió Cino.
El decreto 349 del 2018 establece multas y decomisos, así como la posible pérdida de la licencia, a aquellas personas que contraten a músicos para realizar conciertos en bares y clubes privados, así como también en espacios estatales, y aclara que serán multado si lo hacen sin la autorización del Ministerio de Cultura o de las agencias de trabajo estatales.l músico Iván Mora Cabrera, de Santiago de Cuba, considera que las nuevas normativas ahogan aún más a quienes no pueden pagar las licencias. El decreto atenta contra los músicos que “no son críticos sino lo que quieren es buscarse su dinerito”, indicó el artista a Radio Martí.
Desde ahora, la prestación de servicios artísticos puede castigarse con apercibimiento, multa o decomiso de instrumentos, equipos, accesorios y otros bienes, suspensión de espectáculos o cancelación de licencias a quien incurra en las siguientes contravenciones:
  • El que apruebe o permita la realización de servicios artísticos o la utilización para ello de medios e instalaciones pertenecientes a su entidad o aquellos asociados a la actividad comercial que tiene autorizada, sin que dichos servicios hayan sido aprobados y contratados por la institución cultural a que corresponda la prestación de estos.
  • El que realice o permita el pago a un artista o colectivo artístico, sin que dichos servicios hayan sido contratados a la institución cultural a que corresponda la prestación de estos.
  • El que como artista individual o actuando en representación del colectivo a que pertenece, brinde servicios artísticos sin la autorización de la entidad que corresponda
  • El que sin estar autorizado por la entidad a que pertenece el artista o colectivo artístico actúe en representación de estos; y
  • El que preste servicios artísticos sin estar autorizado para ejercer labores artísticas en un cargo u ocupación artística.
Artículo 3.1.
Se considera contravención cuando una persona natural o jurídica en la utilización de los medios audiovisuales muestre en ellos contenidos con:
Uso de los símbolos patrios que contravengan la legislación vigente;
Pornografía;
Violencia;
Lenguaje sexista, vulgar y obsceno;
Discriminación por el color de la piel, género, orientación sexual, discapacidad y cualquier otra lesiva a la dignidad humana; que atente contra el desarrollo de la niñez y la adolescencia; y cualquier otro que infrinja las disposiciones legales que regulan el normal desarrollo de nuestra sociedad en materia cultural.
Las conductas previstas en el apartado anterior se consideran muy graves.
Artículo 4.1.
Igualmente, constituyen contravenciones cuando una persona natural o jurídica incurra en alguna de las conductas siguientes:
Difunda la música o realice presentaciones artísticas en las que se genere violencia con lenguaje sexista, vulgar, discriminatorio y obsceno;
Establezca espacios de comercialización de las artes plásticas sin tener la autorización que corresponde, ni estar inscrito en el Registro del Creador de las Artes Plásticas y Aplicadas; no suscriba los contratos establecidos para las presentaciones artísticas; no cumpla con los contratos concertados por la entidad correspondiente en relación con los niveles sonoros normados en la realización de espectáculos en vivo y actividades de cualquier índole; no cumpla las disposiciones vigentes en materia del derecho de autor; comercialice libros con contenidos lesivos a los valores éticos y culturales; viole los niveles permisibles de sonido y ruidos o realice un uso abusivo de aparatos o medios electrónicos.
Las normas serán impuestas por los supervisores-inspectores designados por la autoridad correspondiente del Ministerio de Cultura, así como los inspectores que se aprueben por los directores provinciales.
Fuente: Cubita Now

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